1/11/11

Uno

Soy una con el Universo.
Pertenezco, existo, me vuelvo una con todo, y todo lo veo.
Se elevan mis brazos a merced de su fuerza,
al tiempo de una danza eterna, fugazmente eterna.
Se funden en una, la luz de adentro con la de arriba, un solo rayo, una sola fuente.
Pertenezco al Universo.
Soy, existo, dibujo un camino cierto, un solo camino que me lleva a todos.
Despierto a la vida, vuelvo a nacer,
un viaje de regreso a la belleza de lo simple.
Corazón de fuego, fundido en la inmensidad.
Corazón en su eterno esplendor.
Existo con el Universo.
Pertenezco, soy, hago eco en su armonía, miles de notas en una sola armonía.


7/9/11

Music in my soul

Érase una vez, en las inmesas profundidades de la tierra, un sonido que brotaba del eco de las raíces, flotando entre oxígeno y minerales. Con los ritmos del Universo se fundió en una armonía, proyectándose hasta el cielo, y luego regresar a sembrar su canción.

29/7/11

Adán y Eva

Cuando nacemos, somos expulsados del eterno paraíso para ser traídos al plano físico. Llegamos con los ojos cerrados a un mundo muy bien construido, donde cada pieza está en su lugar, jugando el papel que debe jugar. Desde pequeños se nos instruye acerca de la verdad y la mentira, del bien y del mal, del cielo y el infierno, del blanco y el negro; fuimos perfectamente programados para creer que ésta es la ley Universal, dejando en la inexistencia cualquier otra posibilidad. Se nos enseña cuando, donde y como debemos sonreír o llorar. Deciden en nombre de nuestro organismo lo que nos es benéfico y lo que nos es dañino. Se nos asignan números de identificación, y un rol dentro de la sociedad muy bien especificado. Se nos imponen mandamientos, y el castigo divino por nuestros pecados, estrictamente alineados. Nos administran medicamentos fabricados por los mismos que crean la enfermedad. Nos educan a base de miedo, ansiedad y frustración, convirtiéndonos en productos con fecha de caducidad y escasa eficiencia. Somos programados bajo el conformismo y las necesidades consumistas. Se nos instala el temor a la muerte, para luego proclamarse salvadores de nuestras almas en pena. Se nos altera la vulnerabilidad para procrear cuerpos indefensos, y personalidades trastornadas. Nos predican la individualidad, jamás la unión. Se nos induce a llegar a la meta, sin importar cuál sea el camino para alcanzarla. Somos aprisionados a cuatro paredes imaginarias, torturando a todo aquel que pretenda escapar. Se nos emiten juicios y condenas, ocultando siempre el veredicto real. Nos convierten en personas, y luego en robots. Nos apelmasan el cerebro de estándares y cánones, de cantidades absurdas de información inútil. Nos inculcan el terror de sobrevivir cada día al hambre, la pobreza, el crimen. Somos enlistados bajo la clasificación de enfermedades mentales, y nos forman en filas interminables. Somos desvalorizados cuando se nos puso un precio, igual que al tiempo. Nos muestran las diferencias, pero nunca las similitudes. En el proceso de educarnos, se nos deseduca, para que no surjan las interrogantes, para no ser sorprendidos por supuestos farsantes.
Pero se olvidaron del derecho divino a la libertad, aún cuando nos aten de manos y pies. Se olvidaron de borrar nuestra huella evolutiva, el alma, igual en superioridad, distinta en genialidad; lo único que nos llevará al final de éste camino, para emprender uno de regreso a casa, ésta vez con la plena conciencia de habitar el paraíso.
Todos vamos hacia el mismo lugar, pero algunos tardarán mucho más en llegar.

17/3/11

Primavera mía

Según los astrónomos, el equinoccio de primavera ocurre entre el 20 y el 21 de marzo, instante en el tiempo en que suceden determinados cambios estacionales; equinoccio proviene del latín aequinoctium, que significa "noche igual"... el día y la noche tienen la misma duración en toda la Tierra, y el sol se sitúa en el plano del ecuador terrestre, donde alcanza el cenit, el punto más alto del cielo.
Vientos fríos abren paso al sol de primavera, dejando atrás naranjas que se convierten en verdes. Mi cambio de estación ya está aquí, el primer verdor (prima-vera) hacia la vida. Y me descubro con la mirada en el punto más alto del cielo, trazando la trayectoria a casa. Ésta vez cierro un ciclo, y avanzo al siguiente, con los brazos abiertos para recibir lo que este nuevo verdor tiene para mí, y parada en el centro de mi ser, desde donde nace luz y oscuridad y hacia donde regresa todo lo creado y vivido.

30/1/11

Is there anyone who's gonna listen to my story

Era uno de esos días en que los huesos se le querían escapar por la piel, y los ojos hundirsele hasta el fondo, para no ver más que sus entrañas. Paseaba de puntitas por el jardín, no fuera a despertar a las bestias, y la encontraran allí, tan desnuda e indefensa, en sueños de otra mañana despierta. Con los ojos por aves, y la boca por sol, buscando en el horizonte el rumbo a la quietud, que amaga lo no buscado.
Incendió la humedad de su rostro, triste templo de bendiciones, envuelto en mitos ajenos; atrapó entre sus hombros melodías compuestas en su lejana historia, empapadas todas de un sublime silencio; bajó hasta la sima, donde todo parecía inalcanzable, y de pronto estaba en la cima, contemplando montajes de azul y verde; levantó uno a uno los pedazos de alma que se habían desprendido, y descifró el acertijo de vuelta al paraíso, donde aguarda su melancolía, envuelta de noches naranjas y sueños infinitos.

27/1/11

Conclusión

Me he puesto a pensar... No visto a la moda, ni uso maquillaje; desconozco el uso correcto del zapato de tacón, y casi siempre combino colores de más. No sé sentarme correctamente, ni hablar con propiedad. Si visto de blanco, ya no es blanco a los pocos minutos, y por sobre todas las cosas, prefiero la holgura de mis pants en casa, que aparentar todo el tiempo que visto bien. Me gusta sentarme en el piso, siempre que puedo ando descalza, y cuando juego con perros acabo revolcandome con ellos en el pasto. Tardo diez minutos en bañarme, y unos treinta en arreglarme, no cargo bolsas de miles de pesos en el hombro, y soy torpe en el tema de cortes y peinados. Prefiero ir a un bosque que al antro, y me encanta sentir la tierra entre mis manos. De pequeña nunca jugué a las muñecas o al té, me aburrían tanto que acababa mi tarde en la calle jugando pelota. Digo muchas groserías, y evito ponerme faldas o vestidos, por aquello de no poderme sentar cómo y dónde sea; no tengo problema con los eructos y los pedos, a menos que se los echen en mi cara. Nunca sacrifico mi comodidad por quedar bien, y me choca aparentar, nunca lo haría por nada ni por nadie.
Desde siempre lo supe: no soy candidata para brillar en sociedad. Y por eso, y muchas otras cosas más, soy una chamaca que va pa los treintas, feliz siendo niña/niño/mujer/hombre/animal/bestia, disfrutando del asombro que me regala la vida.


14/1/11

Sombra al desnudo

Sentada, contemplaba desde aquel banco la desnudez de su sombra, materia pura y libre de inhibiciones; pensaba en todas aquellas veces en que su sombra y ella parecían haberse mimetizado hasta volverse una; sonaba irónico que en ocasiones parecieran dos entes fuera de órbita; y nada tenía que ver con la posición del sol, si no con la de su corazón. Esa noche la encontró de frente, y contempló su entera desnudez, como quien observa algo por primera vez y se resiste a abandonarlo; encontró en ella nuevos oleajes con tinte de gozo, rebozando de júbilo, y quiso en ese momento hacerse una con su sombra, esperar el próximo tren, y correr hasta sus brazos sin más explicación. En los hombros traería cargando las historias que le acompañaron por otros soles, regalándole una a una las ilusiones envueltas en nubes. La brisa que paseaba en su cara mientras observaba la desnuda sombra de su ser, era la misma que procuraba aquietar sus entrañas cuando pensaba en lo cerca y lejos que se encontraba de él.
- ...tal vez, con unas piernas infinitamente largas -
Y así pasó las noches, hasta que su sombra y ella se convirtieron en una sola, y fue a alcanzarlo a la estrella más lejana, donde el asombro es todavía una regla general.

9/1/11

Bienvenidos sean a la mesa del Señor

Estos días he tenido uno de los mayores y mejores aprendizajes que he podido encontrar por la vida, y del cuál estoy inmensamente agradecida. Muchas veces caminamos por el mundo con los ojos cerrados, con un velo en la frente que no nos permite ver quién tenemos enfrente, marcamos nuestro paso con el prejuicio por delante, ignorando las oportunidades que ofrece el camino. Creo que la humanidad está llegando al punto en que hay de dos sopas, o nos aceptamos tal cual somos, o nos comemos vivos. La primera opción suena mucho más atractiva, a final de cuentas, todos tenemos una nariz y una boca, un corazón y un par de pies, todos ocupamos de alimento para sobrevivir, y de un techo para dormir, todos buscamos aprecio y comprensión, y una mano amiga con quien compartir. No importa si eres blanco, negro o gris, no importa si crees en un dios o en un elefante rosa, no importa si usas zapato o huarache, no importa si tienes el mayor grado de estudios o si nunca pisaste un aula de clases. Ninguno tiene la vida asegurada, ni tiempo interminable, mucho menos la llave para la inmortalidad, pero si la esperanza de un descanso feliz en la eternidad. Ésta es la clase de respeto a la que me refiero cuando digo que la mejor opción es acabar de aceptarnos unos a otros, más allá de cualquier supuesto, razonamiento o situación. Seamos más humanos, empezando por valorar lo propio. La vida es un instante, no lo dejemos escapar.