31/10/10

Once upon a time in my life

Sigo buscando la fórmula exacta para traspapelar éste ahogo. Las palabras no son suficientes cuando todo pretende aclararse, y no dejan de bombardear si es que intento no pensar, en esto la voluntad no tiene nada que ver.
Dicen que los sueños revelan tu inconsciente. En éste estabas tú, cómo en todos los que transcurren mis noches. En mi sueño estabas tú, tejiendo una enorme cobija que alcanzaba a cubrir nuestros corazones; el mundo pertenecía, en todos sentidos. Volteamos hacia la misma dirección, desde caminos opuestos, hasta quedar frente a frente; ésta vez, las palabras no hicieron falta, el espacio era nuestro.
Sigues en cada rincón del mundo, aún cuando te sé tan lejos ahora. Pero perdí la cordura cuando llegaste a mi vida, y ahora te guardo en el baúl de los tesoros que construiste para mí. Hasta que el cielo nos sorprenda de nuevo juntos.

14/10/10

Tabú vs. realidad

Poco se sabe, y mucho se dice sobre la depresión. La concepción errónea y generalizada de que la depresión no es más que un estado de ánimo, que en cualquier momento puede ser trasformado por el sujeto en cuestión, es el claro reflejo de que tan devaluada y menospreciada está la enfermedad. Comúnmente, los allegados al deprimido lo bombardean con consejos sobre cómo salir adelante, de cómo si se puede, de que sólo es cuestión de echarle ganas, de que la vida es bella y hay mucho por vivir, “eres joven, inteligente y fuerte”, “tienes el apoyo de tu familia y amigos”, “sólo debes pensar positivo”, “si quieres, puedes”... y el enfermo, en un acto desesperado de querer demostrar que efectivamente es fuerte y se las puede todas, se repite a sí mismo “voy a estar bien” cien mil veces, pero ninguna de esas palabras tendrá significado y/o trascendencia, no porque esté negado a querer estar bien, si no porque simplemente ¡no puede!
He aquí la diferencia entre las personas que, ante una situación de amenaza o estrés, reaccionan acusando el impacto con fortaleza necesaria para no derrumbarse, controlando las emociones, manteniendo la lucidez y recobrando el equilibrio.
El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta al organismo, específicamente al cerebro, no permitiendo que los neurotransmisores realicen la sinapsis adecuada entre las neuronas; esto repercute directamente en el estado de ánimo, la manera de pensar, los hábitos alimenticios y de sueño, la autoestima, la forma en que se percibe al mundo, etc.; por lo tanto, no es una condición de la cual uno pueda liberarse a voluntad.
Una de las causas de ésta enfermedad es la predisposición biológica, así como las enfermedades del corazón, el cáncer o la diabetes; esto quiere decir que la enfermedad está latente, y puede ser desencadenada por muchos factores, como eventos traumáticos, pérdidas, tensiones en la vida, cambios, etc. Sea o no hereditario, la depresión implica cambios en las estructuras o funciones cerebrales.
Lo cuál me lleva a una sola conclusión: cuando a uno le han detectado cáncer, se somete a un tratamiento específico para curarlo, y permitir que el cuerpo se regenere y pueda regresar a la normalidad, eliminando de raíz la causa del sufrimiento. Pasa lo mismo entonces con la depresión; cuando se es detectada, debe ser valorada por un especialista, para someterla a un tratamiento que la elimine de raíz. Aún cuando esto represente un tabú para la sociedad, la depresión debe ser tratada como lo que es, una enfermedad orgánica. Pues es bastante el sufrimiento que se está enfrentando, como para añadirle más carga, esto no te hará menos humano.

12/10/10

Declaración de amor

Volvió a amanecer,
y en el cielo tu voz me dice ven,
volando voy,
y en el sol nos encontraremos hoy.
Una estrella fugaz,
ilumina el camino hacia donde voy,
ligero yo soy,
y en mi te llevo por siempre hoy.
Volvió a amanecer,
y en lo alto del cielo te encuentro yo,
con tu suspirar,
que me tiene dando vueltas ya.
Una estrella fugaz,
me guia hacia donde tu estás.
yo quiero llegar,
y nunca más volverme a ir.


11/10/10

Mi tan indeseada nueva acompañante

Me acompaña una tristeza, sutil y elegante. Se toma el tiempo de arreglarse para el café de media mañana. Es ingeniosa y atrevida, siempre encuentra la forma de permanecer, aunque sabe que no es bienvenida. Se pasea entre mis cobijas, y por debajo de la ropa. Es belicosa, y nunca se conforma.

Sabe que buscar, pues me conoce demasiado bien. Se ha dado a la tarea de enlistar uno a uno los momentos, dosificarlos en pequeñas cantidades, y luego inyectarlos a la hora acordada. Conoce de memoria mis lamentos, los seduce con suaves caricias, y les invita a pasar; les sirve una copa, y después otra, hasta que están muy ebrios para no poderse ir a casa. Sabe de mis debilidades, y cómo explimirlas sin compasión, con la más delicada crueldad, sin aviso ni descanso.

Me trae a diario los olores, las lunas, los silencios, tu voz y mi canción. Los acomoda sobre la mesita de noche, como si se tratara de medicinas recetadas para antes de dormir. Se asegura que ha cumplido con ésta parte de la misión, y entre risas se despide: Buenas noches querida, te veo en un momento.

De un brinco llega hasta mis sueños, de los que se ha vuelto juez y creadora, con el cinismo por delante, y la fantasía por detrás. Me despierta al llegar el alba, me oprime el corazón, y me vuelve a arrullar, hasta que mi cabeza se cansa de bombardear fragmentos, sin lograr un sólo enunciado. Y así empieza el día, mi odiada y fiel acompañante preparando el desayuno con tus recuerdos, y yo queriendo que se marche.

9/10/10

Reacomodando

Lo nuevo siempre emociona, pero poco dura esa emoción.
Ojalá supieramos renovar, en lugar de olvidar. Ojalá nos fuera más fácil perdonar que desechar. Ojalá hubiera menos orgullo, y más voluntad. Ojalá fuera tan real como lo pensé. Ojalá siguiera vigente en ti. Pero tu no tienes fecha de caducidad, no en mi corazón. Perteneces a mis recuerdos, a los más bellos, cada uno tiene su lugar. Porque los recuerdos también mantienen el calor por dentro. Como esa delgada línea, que permanece intacta cuando es verdadera.
No importa cuántas nuevas estrellas aparezcan en mi cielo, las tuyas siempre brillarán hoy. Esto me dejará renovarme, pues no puedo convertirme en alguien nuevo. Simplemente soy mi presente, que está edificado por mi pasado, y en miras de construir más paisajes. Ojalá formaras parte de mi presente, pero sin duda, eres un pedazo importante de mi pasado, y del futuro, no lo puedo saber; ojalá así sea.
Aún cuando lo pudimos haber hecho mucho mejor. Aún con todos los hubieras y los ojalás.

6/10/10

Sueños

Los días se van soñándote en cada rincón. Entre mis pupilas, vas arrastrando recuerdos; uno a uno entran por las comisuras, hasta plantarse en las entrañas. Y cuando duermo, salen a bailar en mi cabeza. Algunas noches pretenden asustarme, bailando con fantasmas. Otras, simplemente me dejan estar, crear y creer. Muchas otras, bailan entre miedos y verdades, dejándome atravesada. Y algunas más, cuando no estoy soñando, se escapan a tu almohada para decirte que no importan los miedos cuando se sostiene una mano; que puedes callar al mundo entero si escuchas mi voz; que siempre hay tiempo para escribir una nueva historia tejida con memorias; que si cierras los ojos, volveremos a soñar juntos.
Por eso, a veces no quiero dormir, y otras tantas no quiero despertar. Pues es en sueños que te mantienes aquí, y en ocasiones, ya no distingo si estoy soñando dormida o despierta.
Y en sueños te escucho, en sueños te siento. En sueños te sueño.

4/10/10

Todo y más

Es ese frío que se mete entre los huesos y no encuentra por donde salir.
Son tus ojos diciendo que me quieres, y tu boca pidiendo que me vaya.
Es tu olor, impregnado en el corazón.
La tarde que llegaste, y la noche que me fui.
Son las ganas de no querer saberte, y buscarte en todas partes.
Tu cara en mi reflejo, y las horas sin tí.
Mis nubes, soñando entre fantasmas.
Son tantas las estrellas, y tú tan lejos.
Los hubieras, atacando como pequeños soldados, en una guerra contra lo real.
Las agujas caminando por la garganta.
Es la pesadilla que nos depertó de tan entrañable sueño.
El temor a ceder lo que nunca me perteneció.
La estúpida necedad de controlarlo todo.
Son mis ganas de ti, que no cesan de reclamos.
Es tu sabor en mi boca.
El amanecer que no tendremos para reír.
Es tu beso, que se me escapó con el viento.
Son las palabras que nunca dije.
El reloj, marcando lento los segundos.
Son los cielos que pintamos en otra galaxia.
Es la distancia, aunque estés cerca.
Tu mirada, tan distinta ahora.
La incertidumbre, que no sabe estarse quieta.
Tus momentos sin mí.
Es tu silencio, queriendo escapar. Mi sueño, queriendo despertar. Nuestros recuerdos, queriendo jugar.
Es la esperanza, que me mantiene aquí. Aunque la esperanza no sea lo último que muere.


2/10/10

Te quedaste aquí

Te quedaste colgando en mi pared,
y por entre los tejados del techo.
Bailando en mi balcón,
plasmado junto a mis ramas.
En cada uno de los poros,
repartiendo escalofríos.
Te quedaste brillando en mis ojos,
y un poco más adentro.
Resonando en el silencio,
aún con tanto ruido.
Entre mis dedos,
esperanzados con tu regreso.
Te quedaste soñando en mis noches,
acompañado de un acorde constante.
Resbalando por las pestañas,
hasta llegar al corazón.
En cada canción,
respirándome de cerca.
Te quedaste trazando sonrisas,
en las nubes y en mi rostro.
Cantando cuentos salpicados de ti.
Entre mis brazos,
sorprendidos por el amanecer.
Te quedaste en mis lunas, por siempre.


1/10/10

Escape

Estoy buscando salidas, para esta ilusión desalineada.
Respiro con el sol, al ritmo de cuatro guitarras. Me levanto en mi voz, con un canto ahogado. Dejo la luz encendida, y el corazón apagado. Recorto imágenes, y las vuelvo a pintar de otro color. Disimulo lágrimas entre la lluvia, dibujando una sonrisa desvanecida. Controlo la tempestad en dósis pequeñas. Le presto atención a mis sentidos más que a mis lamentos. Me detengo, y comienzo de nuevo. Disminuyo, despersonalizo, callo. Magnifíco, idealizo, grito.
Pero nada parece funcionar, estás presente como desde el primer día que llegaste aquí.
Por el día, te recuerdo, pero de noche, te anhelo. Y de nuevo, me sorprendo abrazando fuerte esa ilusión que no abandona mi calor.

Un deseo, dos palabras

Si tan sólo te sobrara una palabra de amor,
la atraparía con los ojos,
para guardarla del lado izquierdo,
entre mis latidos y tu recuerdo.
Si te sobrara un suspiro,
lo robaría en el viento,
para hacerlo eterno,
y bailar con el sol.
Si te sobrara un otoño más,
me colaría por tus pasos,
para volar entre nubes,
como el pájaro de oro.
Si te sobrara tan sólo una noche,
subiría a robar las estrellas,
para tejernos una cobija
que nos ilumine por siempre.