17/11/10

Distintas palabras, misma sensación

Tus palabras solían ser siempre las precisas, ahora son intempestivas, no encuentro en ellas la armonía que les solía acompañar; el consuelo que me daban se ha vuelto desconsuelo, y ya no alcanzan el viento como antes lo hacían. Mis palabras también han perdido su magia; ahora son de color opaco, y ya no tienen fuerza para llegar hasta ti; se han mezclado entre hojas de otoño y tinta seca, dejando al vacío lo que siempre fue.

Me detuve con el tiempo en la hora que no era. Tu ya estás en otro planeta, yo sigo en el que creamos para nosotros. He reacomodado algunos rincones; dibujé de nuevos colores los alrededores, y planté semillas de otro olor; colgué estrellas más brillantes, y pacté con ellas que nunca apagarían su luz a cambio de noches despejadas; construí nubes más grandes para pintar, y puse lunas amarillas junto a la cama; agregué caminos al sendero, inventé más sonrisas, cuentos de madrugada, y cubrí todo con una tela que espanta pesadillas; tracé la ruta para amanecer junto al horizonte, y encontré las piezas perdidas que completan el rompecabezas. Sólo faltas tú, más cuando el sol se esconde.

Y aunque ya no te tengo en la finitud de mis días, te guardo en la infinidad de mis pensamientos; ahí donde aún existes con nombre y apellido, con un cuerpo y una cara, con tu voz respirándome en cada vena, y tu sonrisa invitándome a vivir. Nada lo borra, ni tus palabras disparatadas, ni mi temido revoloteo; tampoco la realidad, por mucho opuesta a la historia que nos contamos.
Cada luna que pase por aquí seguirá reflejando tu gesto de dulzura, ésta y todas las noches, hasta que mi estrella desvanezca. Con eso me quedo, si mis poderes de bruja no funcionan más para alterar la situación.


1 comentario:

Sofía dijo...

Y después de todo, aquí sigo