3/11/10

Trasnocho

Sería lo más conveniente plantar de nuevo la raíz, expuesta a la superficie quebrantada por siglos de rendición. Donde las palabras mutaron realidades, dejando al alba sólo fragmentos de un sol apagado, calles repletas de asombro memorizando instantes de calor, el horizonte dividido entre las franjas del delirio; aquel que no perdona las noches de vela. Grito en el eco de tu ausencia palabras desmoronadas, intentando detener la hemorragia incesante de los segundos sin ti, que te mantienen cada vez más presente.
Seremos hasta el fin, lo que fuimos; aguas tranquilas sin fondo, emergiendo en nuevos cauces, que desembocan al mismo mar, soleado e imponente, donde los polos se anteponen en los límites del estar. Y volveremos a ser, cuando no queden fantasmas que perseguir; nos querrán abajo, pero se ve más hermoso desde las alturas; no hará falta bajar más.
La raíz debe ir dentro, bien atada al corazón, donde fluye y renueva la vida; ahí guardaré cada beso de noche, y te los daré hasta el infinito, pues todos ellos son tuyos.


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