2/12/10

Tu&yo, y el resto no importa

Ya amaneció dentro, has regresado a mí. Puede seguir lloviendo otoño, yo sabré dónde encontrarte; cuando la sombra de tu árbol se expanda hasta aquí, habrá valido la espera.
Entonces me hundiré sin regreso en tus ojos aceituna, los mismos que me devolvieron la fe.
Me suspenderé en el aire con tu beso acaramelado, ese que me llevó a la gloria eterna.
Me sentaré a contemplarte en el andén de tus brazos, los que me dicen sin hablar.
Me entregaré a la curiosidad de los deseos, dejando a nuestro tiempo que se encargue del resto.
Me provoca tu dulzura, y el aroma de tu cuello, la textura de tus dedos, y el color de tu boca.
Me provocas tú, y tu expresión de amor, la complicidad de tus palabras, y la noche que seremos.


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